Cómo calmar los cólicos del bebé: Señales, Causas, Remedios Naturales y Guía de Masajes

|Iolanda Azorin
Cómo calmar los cólicos del bebé: Señales, Causas, Remedios Naturales y Guía de Masajes

Los cólicos del lactante son uno de esos temas que ponen a cualquier madre o padre contra las cuerdas. Si tu bebé llora sin parar, se encoge, se pone rojo y parece que nada lo consuela, es normal que te preocupes. La buena noticia: los cólicos son muy comunes, temporales y existen formas reales de aliviarlos.

En esta guía encontrarás cómo saber si tu bebé tiene cólicos, cuándo suelen aparecer, por qué ocurren y qué remedios naturales pueden ayudar. Además, incluimos una guía sencilla de masajes y un apartado especial sobre la bañera anticólicos.

¿Cómo saber si tu bebé tiene cólicos?

Aunque cada bebé es diferente, los pediatras suelen identificar los cólicos con la conocida “regla de los 3”

  1. Llanto inconsolable durante más de 3 horas al día

  2. Que ocurre más de 3 días por semana

  3. Y que dura más de 3 semanas

Señales típicas de cólicos

Si tu bebé presenta varios de estos síntomas, es muy probable que se trate de cólicos.


Llanto súbito e intenso, casi siempre a la misma hora (tarde/noche).

Puños apretados y piernas encogidas hacia el abdomen.

Abdomen duro.

Enrojecimiento de la cara.

Dificultad para calmarse incluso tras comer, dormir o cambiar pañal.

Sueño agitado tras el episodio de llanto.

¿Cuándo aparecen los cólicos del lactante?

Los cólicos suelen aparecer entre la segunda y tercera semana de vida, y alcanzan su punto más alto alrededor de la sexta semana. La buena noticia: desaparecen por completo entre los 3 y 4 meses de edad.

Esta etapa se nota eterna para los padres, pero es transitoria.

¿Por qué aparecen los cólicos?

No hay una única causa, pero sí varios factores que influyen:


Inmadurez digestiva.

El sistema digestivo del bebé aún no está preparado al 100%. Esto provoca gases y molestias.


Aire que tragan durante la toma.

Ya sea por una mala postura, enganche superficial o biberón inadecuado.


Sobreestimulación.

A última hora del día muchos bebés están saturados de estímulos y lloran para liberar tensión.


Intolerancia leve o sensibilidad a componentes de la leche.

En algunos casos, la proteína de leche de vaca puede causar molestias (solo lo valora un pediatra).


Biología del llanto.

Hay bebés que simplemente lloran más por su carácter o maduración neurológica.

Remedios naturales y efectivos para aliviar los cólicos

Aquí tienes opciones que suelen ayudar. Evito el típico listado plano y te doy detalles útiles para que los padres entiendan bien cómo aplicarlos.

La bañera especial para cólicos

Las llamadas bañeras anticólicos están diseñadas para colocar al bebé en una posición ligeramente incorporada, con la espalda bien apoyada y el abdomen más libre. Esta postura reduce la presión sobre la tripita y facilita que los gases se muevan y salgan con más facilidad.

Además:

  • Evitan que el bebé quede completamente tumbado, lo que disminuye la sensación de molestia.

  • Sujetan el cuerpo de forma ergonómica, creando un ambiente seguro y relajado.

  • Permiten que el agua tibia actúe directamente sobre el abdomen, aportando un calor suave que relaja los músculos intestinales.

Muchos padres las utilizan a última hora de la tarde o al anochecer, justo cuando los cólicos suelen ser más intensos. El agua, la postura y el contacto piel con piel del momento hacen que el bebé se calme, su respiración se regule y la tensión acumulada durante el día disminuya.

Calor suave en el abdomen

Aplicar una toalla tibia (no caliente) sobre la barriga del bebé durante unos minutos es un remedio clásico y muy efectivo para aliviar los cólicos. El calor actúa directamente sobre los músculos intestinales, ayudándolos a relajarse y reduciendo la sensación de presión que suele generar el llanto intenso.

El truco está en que sea suave, agradable al tacto, y mantenerla solo el tiempo necesario para que el bebé se sienta más cómodo.

Tip extra: mientras la toalla hace efecto, puedes acompañar con caricias circulares en el sentido de las agujas del reloj. Estos movimientos siguen el recorrido natural del intestino y favorecen la expulsión de gases, potenciando aún más el alivio.

Pasear con el bebé pegado al pecho

Llevar al bebé bien cerca del pecho es una de las formas más efectivas y naturales de aliviar los cólicos. El movimiento constante del paseo, el calor humano y el ritmo estable del corazón del adulto crean un entorno que regula el sistema nervioso del bebé y disminuye el llanto casi de inmediato.

Además de en brazos, muchos padres encuentran aún más comodidad usando:

  • Pañuelos de porteo

  • Mochilas ergonómicas

  • Fulares elásticos

Estos sistemas mantienen al bebé en una postura ergonómica, con la espalda en forma de “C” y las piernas en posición de “ranita” (abiertas y flexionadas). Esta postura no solo es segura y recomendable para el desarrollo de la cadera, sino que también favorece la expulsión de gases porque reduce la presión en el abdomen.

El balanceo natural al caminar, sumado a la sensación de contención y seguridad, hace que muchos bebés se relajen, respiren mejor y disminuyan el malestar. A veces, incluso se quedan dormidos en pocos minutos.

Cambiar el tipo de biberón o la tetina

En muchos casos, una parte del malestar viene del aire que el bebé traga mientras se alimenta. Ajustar pequeños detalles en la toma puede reducir muchísimo los gases y, por tanto, los cólicos.

  • Comprueba que no entra aire en la succión.
    Asegúrate de que la tetina siempre esté llena de leche y que el biberón tenga un buen sistema anticólicos. Una inclinación correcta evita burbujas y reduce la ingestión de aire.

  • Haz pausas a mitad de toma para sacar los gases.
    Detén la toma unos segundos, incorpora al bebé y ayúdale a eructar. Esta pausa evita que el aire quede atrapado en el estómago y provoque molestias más tarde.

Son pequeños ajustes, pero marcan una gran diferencia en cómo el bebé digiere, cómo se siente y en lo tranquilos que pueden ser los ratos después de comer.

Infusiones naturales (solo si el pediatra lo aprueba)

Algunas infusiones específicas para bebés, como las de hinojo o manzanilla suave, pueden ayudar a aliviar los gases y reducir la tensión abdominal. Estas hierbas tienen propiedades digestivas naturales que, en pequeñas cantidades y en formulaciones adecuadas, pueden ofrecer un alivio suave y progresivo.

Eso sí, es fundamental que:

  • Estén formuladas exclusivamente para lactantes (no sirven las infusiones caseras ni las de adultos).

  • Se administren en dosis muy controladas.

  • Siempre cuenten con la aprobación del pediatra.

Cada bebé es diferente y algunos pueden tener intolerancias o sensibilidades, por lo que la supervisión profesional asegura que el remedio sea seguro y adecuado para su caso.

Rutinas calmadas al final del día

Crear un ambiente más calmado puede marcar una gran diferencia en cómo el bebé gestiona el final del día. Una luz tenue, menos ruido a su alrededor y evitar pantallas ayudan a reducir la estimulación que, a esas horas, suele resultarle excesiva.

Los bebés tienen un sistema nervioso aún inmaduro, y cuando acumulan demasiados estímulos —colores, sonidos, movimientos, cambios de ambiente— pueden sentirse saturados. Esa saturación se convierte en llanto con mayor facilidad, y si ya tienen tendencia a los gases o a los cólicos, el malestar se intensifica.

Bajar el ritmo, hablarle suave, usar una luz cálida y crear un ambiente predecible ayuda a que el bebé se relaje, respire mejor y entre en un estado más tranquilo que favorece un final de día mucho más llevadero.

Cómo hacer masajes para aliviar los cólicos

Los masajes son uno de los métodos más eficaces y naturales. Aquí tienes una mini guía clara para que cualquier padre pueda hacerlo sin miedo.

Masaje circular en el abdomen

  • Aplica aceite o crema para bebés.
  • Haz movimientos circulares en el sentido de las agujas del reloj.
  • Mantén una presión suave y constante.
  • Por qué funciona: sigues el recorrido natural del intestino, ayudando a mover los gases.

Técnica “I Love You” (muy eficaz)

  • Traza una línea vertical descendente en el lado izquierdo del abdomen (la “I”).
  • Después, dibuja una “L” invertida: de derecha a izquierda y luego hacia abajo.
  • Finalmente, una “U” invertida desde la parte inferior derecha hasta la izquierda.
Resultado: ayuda a liberar gas retenido y mejora la motilidad intestinal.

Pedaleo de piernas

  • Coloca al bebé boca arriba.
  • Mueve sus piernas como si pedaleara una bici.

Hazlo suave, sin forzar. Esto facilita muchísimo la expulsión de gases.

Postura “tigre sobre el árbol”

  • Coloca al bebé boca abajo sobre tu antebrazo.
  • Su abdomen queda apoyado en tu brazo y su cabeza algo elevada.
  • Esta postura alivia la presión abdominal al instante.



Los cólicos pueden poner a prueba la paciencia y la tranquilidad de cualquier familia, pero es importante recordar algo fundamental: no son culpa de nadie. No indican que tu bebé esté enfermo, ni que tú estés haciendo algo mal. Son simplemente una etapa más del desarrollo, intensa pero pasajera, que suele resolverse antes de que te des cuenta.

Mientras tanto, tu presencia, tu calma —aunque a veces cueste— y estos pequeños gestos de alivio pueden marcar una gran diferencia en cómo tu bebé atraviesa esta fase. Y si en algún momento el llanto es demasiado intenso, persistente o notas algo que no encaja con lo habitual, es totalmente recomendable acudir al pediatra para asegurarte de que todo va bien.

Acompaña, respira y confía: esto también pasará, y muy pronto vuestro día a día será mucho más tranquilo.

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